Partiendo de contextos ajenos, como las culturas africanas o japonesa, Antoni Arola es capaz de promover conversaciones que cautivan por su sencillez. Diseñador multidisciplinar, ha destacado a lo largo de su carrera por disfrutar de una genuina intuición artística que plasma con astucia en sus diseños.
Con Queralt Garriga, catedrática de arquitectura, ambos echan la vista atrás a estos últimos años en la trayectoria de Arola. Una historia marcada por la luz y la sombra que nos acerca a una de las figuras más influyentes del diseño contemporáneo.
Toni, desde la curiosidad de una arquitecta que proyecta me preguntaba de dónde surgen las diferentes ideas. Enric Miralles decía algo así como que estaba desarrollando siempre el mismo proyecto… ¿Cuál es el origen de la creación de cada pieza?
Normalmente son propuestas mías. Y como bien dices con la frase de Miralles, el problema es siempre el mismo: ¿qué buscamos en un momento concreto? Y una expresión que me inspira es “domesticar la luz”. La luz es algo vital y básico, pero puede ser agresivo, hay que domesticarla, hay que llevarla a casa. De allí la palabra “domus”. Y el trabajo es siempre este: cómo llevamos la luz a casa. A partir de ahí, busco caminos y excusas para hacer proyectos distintos, siempre sobre esta misma base o problema.
Así que tu diálogo creativo es siempre directamente con la luz. Entonces, por ejemplo, BlancoWhite y Nimba ¿de qué surgen?
Pues la verdad es que tanto BlancoWhite como Nimba surgen de la tecnología. Son estímulos de la tecnología que nos conducen hacia aportaciones distintas. Nimba fue la primera lámpara que hice para Santa & Cole, hace 25 años. Nace en un momento en el que aún no había LEDs, y parte de un sistema innovador de bombillas xenón continúas que se utilizaban para iluminar fachadas como por ejemplo, la del Louvre. La novedad de Nimba era que la línea de luz se curvaba, se pasaba de una línea básica a una línea curva. Probablemente, sin este sistema técnico yo no hubiera podido diseñar la lámpara. BlancoWhite, en cambio, es una de las últimas y nace de una placa de metacrilato muy innovadora, con unas incisiones y un LED perimetral. Este LED ilumina el acrílico y reparte la luz uniformemente.
BlancoWhite es un caso particular porque tiene multitud de aplicaciones.
Así es, es un plano que te da luz y te permite aplicarlo de infinitas maneras. Antes era imposible pensar que, de una estructura tan delicada, pudiera salir un plano de luz de apenas 5mm. Y de allí surge una nueva función de iluminar. También es fruto de un momento, lo importante es que se mantenga vivo y que se pueda ir adaptando, como Nimba con los LEDs.
Y, en el caso de Cirio, ¿el origen es distinto?
Sí, bastante distinto. Cirio vino de una interpretación y una exposición que tenía en mente con mis lámparas. Quería cambiar el “vestido” de las lámparas circulares de las grandes mezquitas de Estambul, El Cairo… Creí que estas lámparas eran ideales para iluminar grandes espacios. Nina Masó lo vio y lo hicimos para Santa & Cole. Lo que queríamos era aportar un nuevo material interesante, que diera buena luz para el difusor de esta lámpara y dimos con la porcelana. Siempre digo que mis trabajos finales son bastante sencillos y evidentes, son arquetipos que se han ido repitiendo y yo los traduzco al momento actual.
Háblame de tu último diseño para Santa & Cole, Lámina, ¿cuáles eran tus intereses específicos con ella? ¿para qué tipo de espacios y usos está pensada?
Lámina tiene la cualidad de lo etéreo, flota, la fuente de luz desaparece. Eso la convierte en una lámina literal en el espacio, libre, de una versatilidad enorme.
Lámina puede convivir con muchas láminas más, o estar completamente sola, es adaptable en este sentido. Podríamos decir que, vista así, es como un pez…
Entiendo que partes de estímulos muy personales, ya sean de orden tecnológico o referencias, a partir de los cuales tu imaginación empieza a trabajar. Podríamos decir que trabajas como un artista, con total libertad creativa.
Sí, un poco. De hecho, tengo muchos proyectos en el cajón que por sus desarrollos complejos y costosos los mantengo archivados. Pero más adelante los rescato, como el caso de Lámina. Esta libertad a veces es abrumadora por la época en la que vivimos. Hay mucho creado y muy bien hecho. Cada vez es más difícil innovar, cada vez los huecos son más pequeños. Por eso es primordial actualizar, reinterpretar, fusionar…
Habiendo leído el libro que publicaste, Cosas normales poco habituales, donde se recoge todo ese conjunto de objetos ordinarios que te rodean, diría que tú eres más de ‘encontrar’ que de ‘buscar’ estímulos. En la novela El Paseo, de Robert Walser, el protagonista pasea, observa la realidad y ‘encuentra’. Viene a decir que si estas constantemente ‘buscando’, te pierdes gran parte de la realidad.
Sí, totalmente. Castilglioni, que también es un gran lector de objetos, es también un gran recolector de información. Una frase que me ayuda a describirme es una de Nietzsche que dice: “Cuando me cansé de buscar aprendí a hallar”. Cuando me preguntan cómo haces para crear, hay dos términos importantes: creerte que puedes hacerlo y el segundo, yo lo llamo “pantuflar”. Es estar en mi estudio paseando sin buscar nada, no hay un objetivo normalmente, hay un estar.
Nimba, Cirio, Lámina, Blanco White, una vez las has visto instaladas en los espacios, ¿te han llevado a nuevos descubrimientos sobre su uso o sobre las situaciones espaciales que provocan?
La adecuación a los espacios es siempre una sorpresa interesante, de la mano de profesionales como arquitectos o interioristas que ven dónde y cómo… cosas que, en el momento de proyectarlas no podía ni sospechar. Esta sensación es muy interesante, como si la lámpara se hubiera independizado.
¿Una lámpara se plantea siempre sobre la dualidad luz/sombra? Es decir, ¿Cuándo piensas en una lámpara piensas en un elemento del que surge una luz y la sombra que provoca?
No tanto como en la arquitectura, si lo comparamos con las ventanas. Es más, pensar en cómo esta luz, domesticada, es capaz de llenar espacios. Hay momentos en los que, en casa, no se necesita mucha luz. Y esto Santa & Cole lo sabe; de hecho, su primera lámpara fue la Colilla, una lámpara que casi no ilumina. La luz yo creo es más para ‘estar’ y ‘convivir’ que para trabajos de precisión. Tiene que ver con una atmósfera. Antes de la luz, parto de la sombra: lo que hace la luz es darle claridad. Luego está la combinación de luces, que da ‘esa’ atmósfera. Lo que vendría a ser la convivencia con las personas, siempre de manera agradable y armónica.
Lo que sí tienes es materia prima, la luz, y luego el material.
Es verdad, pero tengo la mejor materia prima. La luz es la materia. Es el origen de todo: del mundo, de la Biblia, de la vida… De hecho, yo me fui introduciendo en el mundo de la luz sin pensarlo, como por intuición, como todo lo que hago. Pero es la madre de todo y trabajar con ella es una joya. Es más bien un juego de provocar y responder, de velar o desvelar. Me he buscado un buen compañero de juego.
La geometría de tus piezas, como Nimba, Cirio, Lámina, BlancoWhite…, es muy elemental, de trazos simples ¿Esto pasa en todas tus creaciones o es algo más reciente?
Yo creo que pasa en general, o así me gustaría que fuera. El LED me ayuda y permite que de algo pequeño salga una cantidad de luz muy buena. Me ayuda a conseguir este lenguaje sutil y de mínimos. Olvidándome de buscar, dejando de pensar, dejando de lado mayores pretensiones; esa es mi meditación. Y luego cuando lo ves dices: “era muy fácil ¿por qué no lo habré hecho antes?”.
Para terminar, has mencionado a lo largo de la conversación varias veces la palabra ‘juego’. Tu no te planteas tu trabajo como una profesión, ¿verdad? No hay sufrimiento en tu proceso creativo.
Si, se podría decir que es algo así como un juego para un niño. Mis diseños nacen de un deseo personal y no de una imposición, de ahí quecada uno de ellos se origine bajo la pretensión de funcionar como arquetipos duraderos en el tiempo.
He pasado cuarenta años diseñando lámparas y espacios y a veces me pregunto ¿cuál es mi aportación social a todo esto? A mí me interesa la belleza y a lo largo de estos últimos años la he relacionado con la consciencia que genera en el ser humano. Así pues, me digo a mi mismo, que quizá puedo aportar momentos de consciencia a la humanidad, y eso me tranquiliza.
Queralt Garriga es doctora en Arquitectura y Filosofía por la Universitat Politécnica de Catalunya. Actualmente, compagina la docencia en la universidad con su trabajo como consultora especializada en Arquitectura y Diseño. Ella fue la encargada de conducir esta conversación. Una entrevista que nos confronta con la mentalidad de Arola para asomarnos a su proceso creativo.